Las obras sacan a la luz una gama de colores limpios de la montaña.
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Después de perder las flores el tajinaste se nos muestra como una radiografía de suavidad.
Aunque parezca que todo son Montañas por la parte de atrás de Vilaflor hay un llano muy bonito.
Creo que es la recta más grande que hay en Tenerife, está en el Llano de Ucanca, justo antes de llegar al Parador. Cada vez que paso por ella me llama la atención.
Sólo lo que promete, de una noche de Perseidas en la que sólo se aprendió a sacar fotos de estrellas (y no fugaces).
De noche, desde el Teide las luces del puerto parecen hogueras de un nuevo Nerón.
Para los que se preguntan donde se crearon los jardines verticales
Chamorga
Curiosa formación de la roca
Mirador de Amogoje III
Subida al Bailadero II
La luna sale temprano para ver la misma puesta de sol desde Punta Teno que buscábamos nosotros.
Una bonita puesta de sol tras las hayas y los abetos del bosque de Irati en Navarra. Muy mal de contraste y de foco, pero me encanta mirarla. Además trae muy buenos recuerdos.